Cuando la vida te examina

8/11/20252 min read

La experiencia siempre hace las mejores preguntas

Era una mañana sin prisa, como esas que se instalan en el pecho y dicen sin hablar: “Hoy será distinto”.

Tres estudiantes de medicina, con la mirada aún perdida en la noche anterior, entendieron demasiado tarde que no habían estudiado para el examen más temido del semestre.

Y decidieron, con la astucia de quien juega con fuego, que lo mejor era no presentarse.

La mentira nació como una chispa y se convirtió en un plan.

Buscaron grasa negra, aceite y el humo agrio del escape de un viejo auto que, en lugar de motor, parecía tener el corazón de un lobo herido.

Se embadurnaron con esa mugre y fueron al profesor con la cara más inocente que pudieron esculpir.

—Profe, lo sentimos —dijeron con un tono de culpa casi perfecto—. Íbamos a una boda, y de regreso el carro nos falló.

Como ve, quedamos así.

El profesor los escuchó, con esa paciencia que solo los años saben vestir.

Les creyó.

O eso dejaron que creyeran.

Les dio dos días para que se prepararan.

Dos días que ellos usaron con más fervor que nunca.

Regresaron confiados, con el brillo de quien siente que la suerte les sonrió.

Pero el profesor, hombre de libros y caminos, los separó en aulas distintas.

Les entregó un examen con apenas cinco preguntas.

Preguntas sencillas, si la historia que contaron hubiera sido cierta.

¿Quiénes se casaron?

¿A qué hora se descompuso el carro?

¿Dónde exactamente?

¿La marca del vehículo?

¿Cuál fue la falla?

El silencio de sus respuestas fue más ruidoso que cualquier mentira.

La moraleja es clara y no se viste de ambigüedades: no intentes engañar a quien ya ha caminado más que tú, a quien ha leído más de lo que tú apenas imaginas.

La experiencia no se improvisa, y la verdad siempre acaba encontrando la puerta.

Si la vida te pone un diez sin merecerlo, tranquilo.

Ella misma se encargará de restarte el resto.

Porque la vida, como ese profesor, también sabe separar a los que estudian de los que se esconden detrás de historias mal contadas.